Abstract:
Debido al interés por la explotación de bienes minerales en la región sur del país, en Oaxaca, en las últimas décadas se registran 34 proyectos, que no están aportando al beneficio de la sociedad o de la producción del sector minero. La entidad contribuye con 2% del valor total de la producción minera nacional. La empresa minera Cuzcatlán en Oaxaca ha afectado el tejido social en San José del Progreso. Sus habitantes se encuentran divididos en dos posturas: a favor y en contra de la mina. Desde 2009, el palacio municipal está cerrado y custodiado por el movimiento antiminero; el presidente municipal ha despachado en su casa, ha iniciado la construcción de otras oficinas para trabajar, y solo gobierna para el grupo a favor del proyecto extractivo, dejando actuar a la compañía Cuzcatlán a través de intimidación y amenaza a los pobladores que se oponen a la minería, lo que ha puesto en riesgo su vida y mantiene un ambiente de latente violencia. El objetivo de este trabajo es analizar las aportaciones sociales que ha generado el movimiento de rechazo a la minera con la intención de reconocer que este tipo de agrupaciones, aparte de resistir al proyecto extractivo, favorece el desarrollo de la comunidad y del medio ambiente.