Resumen:
El declive en poblaciones de anfibios en todo el mundo se ha relacionado con múltiples factores, sin embargo, el factor principal es la alteración del hábitat, generada por actividades humanas. La mayoría de los estudios relacionados registran disminución en la riqueza de especies en sitios antropizados, sin embargo; pocos han examinado efectos a nivel individual. Aquí exploramos, cómo distintos grados de perturbación antropogénica en un bosque mesófilo de montaña afectan la abundancia, condición corporal, temperatura corporal y uso de hábitat de individuos de tres especies de hílidos de arroyo. Se seleccionaron nueve arroyos en bosque mesófilo de montaña a través de un gradiente de perturbación antropogénica, desde bosque sin perturbación antropogénica hasta moderadamente perturbado. Durante 2018 se realizaron muestreos estandarizados siguiendo la técnica de encuentros visuales en transectos de 50 metros. Además, se realizó caracterización de la estructura de vegetación en los arroyos y el bosque aledaño. Encontramos una respuesta diferencial a la perturbación, por ejemplo, la mayor tasa de observación de Charadrahyla nephila fue mayor en corrientes no perturbadas, para Duellmanohyla ignicolor en los arroyos recuperados y Ptychohyla. zophodes en las corrientes perturbadas, así mismo este mismo patrón se reflejó en términos de condición corporal, temperatura corporal y uso de hábitat para estas tres especies, Según nuestros resultados, sugerimos que Charadrahyla nephila es una especie sensible a la perturbación, presentando incremento de temperatura y disminución de condición corporal conforme aumento la perturbación, mientras que otras especies (por ejemplo. Duellmanohyla ignicolor y Ptychohyla. zophodes) pueden beneficiarse de los remanentes de vegetación arbustiva que les ofrecen los arroyos en sitios recuperados y perturbados respectivamente. La identificación de los efectos de la perturbación del hábitat sobre las especies a nivel fisiológico y de uso del hábitat es fundamental para la evaluación del impacto y las actividades de mitigación, incluido el diseño de estrategias y propuestas para el manejo de áreas sujetas a perturbaciones, que permitan no solo la prevalencia de poblaciones, sino también poblaciones saludables de ranas en bosques mesófilos con manejo agrícola y forestal.