Abstract:
El cambio de uso del suelo de forestal a agrícola afecta la calidad edáfica y altera el equilibrio ecológico. Por ello es necesario evaluar la calidad del suelo mediante propiedades que puedan ser útiles como indicadores de su calidad. Los objetivos de este trabajo fueron (i) seleccionar un conjunto mínimo de indicadores de calidad del suelo (ICS) en un área originalmente ocupada por bosque mesófilo de montaña (BMM) en el municipio de Huautla de Jiménez, Oaxaca, México, (ii) conocer la tasa de recuperación de los ICS seleccionados y, (iii) integrar estos indicadores en un índice de calidad del suelo que permita conocer el estado actual de este recurso durante la recuperación del BMM. Para ello se seleccionaron cuatro sitios: dos bosques secundarios de 6 y 20 años posteriores al abandono (BS1 y BS2), una zona agrícola con maíz (ZC) y un bosque secundario no alterado desde hace 31 años, que constituyó el sistema de referencia (BR). En cada sitio se colectaron cinco muestras de suelo a una profundidad de 0-20 cm. Las propiedades edáficas seleccionadas como ICS fueron carbono orgánico (CO), pH, P disponible, contenido de NO3-, actividad de fosfatasa alcalina (FAL), actividad de ?-glucosidasa (BG), carbono recalcitrante (CR) e índice de recalcitrancia del carbono (IRC). El cambio de uso del suelo de forestal a agrícola afectó negativamente el contenido de CO, actividad de FA, CR e IRC. El CO, CR, IRC, contenido de NO3-, actividad de FAL, actividad de BG y pH mostraron una tasa lenta de recuperación después de la conversión del BMM. Mientras que el contenido de NO3- y el pH no mostraron un patrón definido de cambio durante la recuperación del BMM. El índice de calidad del suelo en el BR se ubicó en la clase de muy alta calidad, en tanto que, en el BS1, ZC y BS2 se ubicó en la clase de déficit de calidad. Después de 20 años desde la última perturbación la mayoría de los ICS en los bosques secundarios aún no se encuentran en los intervalos definidos para estos indicadores en el BR, lo que permite inferir que se requieren períodos mayores a 30 años para alcanzar una buena calidad del suelo en los sitios de estudio. Por ello, las prácticas de manejo deben considerar el mantenimiento de bosques de diferentes edades, que incluyan al menos 30 años.