Resumen:
Hace un poco más de 300 millones de años, cuando en la superficie terrestre los únicos animales que existían eran insectos, los primeros vertebrados que lograron colonizar el ambiente terrestre emergieron del agua y pasaron por una serie de adaptaciones casi inimaginables que les permitieron �explotar� de vida en la tierra. En la actualidad estos organismos se han diversificado de tal forma que ahora ocupan pácticamente todos los ecosistemas, a excepción de los océanos y los polos, y han sido capaces de adaptarse a una gran variedad de hábitats: terrestres (incluso los hay fosoriales, es decir que viven enterrados gran parte del tiempo), acuáticos (ríos, pozas y arroyos), árboles y cuevas entre otros. A pesar de ello, y casi como una herencia de su pasado acuático, los anfibios presentan una dependencia constante al agua, por ejemplo, deben mantener su piel húmeda para evitar la deshidratación y presentan huevos sin cascarón que también deben ser depositados en ambientes constantemente húmedos.