Resumen:
Las actividades agropecuarias de traspatio que realizan las familias en el medio rural en el estado de Oaxaca, constituyen una alternativa para mejorar los hábitos alimenticios de las personas y permite que los excedentes puedan comercializarse para fortalecer la economía familiar, tal es el caso de la producción de hongos, cuyo cultivo esta al alcance de las familias porque pueden acondicionar espacios de la vivienda o construir a bajo costo espacios cubiertos para el cultivo de los mismos y además permite producirlos a través del aprovechamiento de desechos agrícolas que están disponibles en la comunidad sin costo alguno. En este estudio se realizaron los trabajos conducentes al fortalecimiento de una unidad de producción familiar dedicada al cultivo de setas (Pleurotus ostreatus), localizada en el Municipio de San Pablo Huitzo, Etla, Oaxaca, comunidad que se localiza a 31 km de la ciudad de Oaxaca de Juárez, este municipio tiene una población de 7, 024 habitantes, el 58.3% se encuentra en condición de pobreza, un 46.7% en pobreza moderada y un 11.6 % en pobreza extrema y la incidencia de la carencia por acceso a la alimentación es de 13.5%, el área del polígono del municipio es de 10, 156.13 ha, de los cuales 1, 386 ha son terrenos destinados a la agricultura, en donde más del 80% son dedicados al cultivo de maíz. Con las intervenciones en los diversos pasos del proceso de producción: capacitación técnica para la mejora e implementación de técnicas del cultivo, adaptaciones y acondicionamiento de espacios de cultivo, la familia logró mejorar sustancialmente los procesos de producción, cultivando por semana aproximadamente 30 kg de setas, esto supone un aumento considerable antes de la intervención. Se propuso la elaboración de escabeche para la diversificación y transformación del producto fresco, tecnología que posteriormente incorporaran a sus procesos. Durante el desarrollo del presente trabajo, se logró obtener apoyos económicos externos como el otorgado por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) que han servido para implementar en las diversas actividades del proceso. Iniciativas como estas reciben el reconocimiento de la misma comunidad que apoya y motiva a seguir trabajando en la producción de alimentos nutritivos y con propiedades funcionales, derivado de procesos tradicionales.