Resumen:
La presente investigación se realizó en el tiradero a cielo abierto de la ciudad de Oaxaca, que se localiza al sureste de la capital del estado, aproximadamente a 15 km por la carretera Oaxaca-Puerto ángel, en el Distrito de Zaachila. Dicho lugar constituye actualmente un importante problema ambiental, debido a que allí se generan lixiviados que se infiltran en el subsuelo. El propósito de la misma consistió en evaluar la respuesta de dos métodos geofísicos para la identificación de zonas fracturadas y contaminadas, empleándose dos métodos electromagnéticos, el método de Bobinas Electromagnéticas y el método de Muy Baja Frecuencia (VLF, Very Low Frequency). Esté estudio se justificó por cuanto posee utilidad práctica, relevancia social, por su conveniencia y en base a los beneficios que generará. Se sustenta en la teoría de la prospección geofísica, principalmente en la de los métodos electromagnéticos de bobinas electromagnéticas y de VLF. Se realizaron levantamientos geofísicos en dos periodos distintos en agosto de 2007 y febrero de 2008. En el primer periodo se realizó el levantamiento de 4 perfiles comunes para ambos métodos geofísicos con longitudes de 325, 320, 300 y 645 m respectivamente, con estaciones a cada 5 m, posicionando geográficamente cada estación con equipo GPS postproceso. Para la segunda fecha mencionada se evaluaron nuevamente los mismos perfiles con el método de VLF y se agregaron dos perfiles más con longitudes de 275 m y de 415 m. Los perfiles fueron ubicados estratégicamente en la zona del tiradero, realizándose 4 perfiles dentro del perímetro del mismo en su lado sur, norte, oeste, así como en su parte central respectivamente, mientras que los dos restantes (2 y 3) se ubicaron en la parte sur fuera del tiradero. El instrumento utilizado con el método de bobinas electromagnéticas fue el EM-34 marca Geonics, que opera con dos posiciones y a distintas separaciones de 10 m (6400 Hz), 20 m (2600 Hz) y 40 m (600 Hz), y que generan como respuesta el valor de la conductividad aparente. Para el caso del VLF se usó un equipo marca Scintrex, el cual opera bajo frecuencias entre 15 a 30 kHz emitidas por antenas militares de gran alcance. Los datos obtenidos se procesaron utilizando modelos 2D que proporcionaron resultados razonables sobre la conductividad eléctrica del subsuelo; con los datos de VLF se han inferido zonas fracturadas que favorecen la percolación de los lixiviados, mientras que EM-34 indica la distribución de la conductividad en el subsuelo la cual ha sido afectada por este tipo de contaminante. De los resultados obtenidos revelan una zona anómala conductora principal en la parte sur-este del tiradero que se incrementa hacia la parte central del mismo y que continúa hasta una profundidad teórica de 60 m, coincidiendo con la zona por donde se encuentra el dren natural a lo largo del cual fluyen los lixiviados.